Alto a la pérdida de biodiversidad: ¿planeta en peligro de extinción?
La actual crisis en el ecosistema y la vida silvestre debe detenerse, porque constituye un asesino silencioso tan grave como el cambio climático, advierten en Naciones Unidas.
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Mientras el planeta Tierra se encuentra en un período interglaciar, quedando capas de hielo continentales restringidas a Groenlandia y la Antártida, el ser humano requiere de la naturaleza y la biodiversidad para equilibrar su calidad de vida en funcionalidades tan simples como el aire que respira, el agua que ingiere y los alimentos que consume. El punto clave es que el cambio climático no se puede resolver sin detener la pérdida de la biodiversidad, que afecta a todo el globo terráqueo y determina las condiciones de vida de las personas.
Las plantas, animales, hongos y microorganismos viven en un espacio determinado, de acuerdo a su variabilidad genética y ecosistemas de los cuales forman parte. La pérdida de estos procesos ecológicos y evolutivos pueden producir una crisis tan grave como para provocar la propia extinción del ser humano. Al menos así lo advirtieron los participantes de la Convención de la Diversidad Biológica (CBD) de Naciones Unidas, que reúne 195 estados y la Unión Europea.
La secretaria ejecutiva de la organización, Cristiana Pasca Palmer, señaló en The Guardian que “el mundo tiene dos años para asegurar un acuerdo por la naturaleza para detener la pérdida de la biodiversidad, que es un asesino silencioso y tan peligroso como el cambio climático. En todos los países se debe presionar a los gobiernos para que elaboren ambiciosos objetivos globales para 2020, protegiendo a los insectos, aves, plantas y mamíferos, que son vitales para la producción global de alimentos, agua limpia y captura de carbono”.
Asimismo, indicó que el cambio climático es altamente perceptible porque las personas sienten su impacto en la vida cotidiana, en el paisaje y el medio que los rodea. En tanto, la biodiversidad es más compleja de observar, pero cuando el ser humano sienta lo que está ocurriendo, puede que ya sea demasiado tarde.
La próxima reunión de la convención será en Sharm el-Sheij, Egipto, donde se iniciarán las discusiones de un nuevo marco para la gestión de los ecosistemas y la vida silvestre del mundo. Este proceso durará dos años de negociaciones, que se espera culminen en un ambicioso acuerdo global en la próxima conferencia de Beijing en 2020.
El periodista Jonathan Watts apuntó que los conservacionistas están desesperados por un acuerdo de biodiversidad, que deberá tener el mismo peso que el acuerdo climático de París. Pero hasta ahora, el tema ha recibido poca atención, aunque muchos científicos aseguran que representa al menos una amenaza similar para la humanidad.
Reservas de papel
Hace ocho años las naciones prometieron, bajo las llamadas “Metas de Aichi para la Diversidad Biológica”, reducir a la mitad la pérdida de hábitats naturales, garantizar la pesca sostenible de todas las aguas y expandir las reservas naturales del 10% al 17% de las tierras del mundo para 2020. El problema es que muchos países se han quedado atrás, calificándose estas metas como simples “reservas de papel” desde Brasil hasta China.
Aunque hay algunos destellos de esperanza, como la recuperación de algunas especies en África y el aumento del 2,5% de la cubierta forestal en Asia, Pașca Palmer detalló que la imagen general es preocupante. De acuerdo a sus investigaciones, en los próximos 30 años se acelerarán las tasas de pérdida de la biodiversidad como consecuencia de la destrucción del hábitat, la contaminación química y las especies invasoras. Para 2050 se espera que África pierda el 50% de sus aves y mamíferos y que las pesquerías colapsen por completo. La pérdida de plantas y la vida marina reducirá la capacidad de la tierra para absorber carbono, creando un círculo vicioso.
Chile, hotspot mediterráneo
Chile es reconocido como un hotspot mediterráneo, con un alto nivel de endemismo, un bosque nativo que representa el 18% de la superficie continental, cerca de un millón 300 mil hectáreas de humedales, ecosistemas marinos de alta productividad y más de 60 millones de hectáreas de áreas protegidas. La estrategia nacional de biodiversidad 2017-2030 fija los lineamientos para resguardar el patrimonio natural, reducir la degradación de la biodiversidad y promover su uso sustentable.
En realidad, la biodiversidad chilena constituye un patrimonio natural único en el mundo porque los ecosistemas han acogido especies que se han desarrollado en forma aislada del resto del continente durante miles de años, debido a las barreras físicas y climáticas.
El país requiere un especial cuidado en términos de conservación de este medio ambiente, dado que es clasificado por Naciones Unidas como altamente vulnerable al cambio climático al cumplir con siete de las características clave, entre ellas poseer zonas áridas y semiáridas, áreas expuestas al deterioro forestal y ecosistemas frágiles. De acuerdo a estudios de estrés bioclimático, se identifican como especialmente afectados para el escenario 2050, los ecosistemas terrestres situados en la zona central del país, entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos.
Esta mirada cuidadosa hacia la biodiversidad nacional no sólo protegerá la degradación del hábitat del país, sino que además colaborará en la mantención del calentamiento global dentro de los parámetros del acuerdo de París. Los especialistas de la ONU ya han descubierto que las soluciones basadas en la naturaleza podrían proporcionar hasta un tercio de la absorción de carbono necesaria para la conservación del planeta. No sólo se trata de una buena gobernanza territorial en Chile, sino que también constituye un aporte colaborativo al mundo.